El monasterio de Santa Marta de Tera es una de las muchas joyas que atesora la provincia de Zamora. Su importancia se debe al influjo del Camino de Santiago, más concretamente a una ruta secundaria de la Vía de la Plata, el Camino mozárabe o Sanabrés.
Se trata de una ruta peligrosa, un atajo en las montañas para ir a Santiago sin necesidad de ir a Astorga o León. Tuvo gran importancia, testigo de ello son las numerosas donaciones que recibió desde su creación para ampliaciones y mantenimiento. En época de Fernando I y Doña Sancha pasó a depender del obispado de Astorga y a él sigue perteneciendo hoy.
El templo está dedicado a Santa Marta, decapitada en el s III por negarse a practicar ritos paganos. La iglesia del monasterio, románica, presenta planta de cruz latina y cabecera cuadrangular que recuerda a la de Santo Tomé (Zamora).
Destaca la decoración de la cabecera, con dos filas de impostas de taqueado jaqués que se prolongarán por todo el templo.
La fachada sur, muestra la figura de Santiago, como peregrino. Considerada una de las primeras representaciones escultóricas de éste. Al otro lado, peor conservada otra figura, que podría representar a San Juan, hermano de Santiago. Además, en esa misma fachada son de gran calidad las harpías de los capiteles y los felinos y dragones, clara alusión al pecado y la tentación.
En el interior capiteles de gran calidad, en los que vemos la influencia de San Isidoro de León. En el muro del ábside central un óculo a través del cual los equinoccios, a primera hora de la mañana entra la luz e ilumina el capitel de la Asunción del Alma que se encuentra en el arco triunfal.
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