ANTECEDENTES
Tras el plan Pidal de 1845, que entre otras muchas reformas impulsará la enseñanza secundaria y la creación de un instituto por Provincia, nacerán numerosos institutos por toda España.
Tras la Desamortización era frecuente que los nuevos institutos se fuesen estableciendo en inmuebles anteriormente ocupados por instituciones religiosas. El Instituto de Zamora verá la luz al año siguiente de la publicación de dicho Plan. Sus comienzos en 1846 ocuparán una pequeña zona de lo que fuera Convento de las Concepcionistas.
Durante varios años la actual plaza de Claudio Moyano era conocida como la plaza del instituto y tras su traslado al lugar actual pasaron a llamarla plaza del viejo instituto.
En 1901 Federico Requejo, que había sido nombrado en agosto Subsecretario de Instrucción Pública, determina la construcción de un Instituto de nueva planta. Había sido alumno y profesor del mismo, por lo que conocía perfectamente las necesidades y el estado del edificio.
UBICACIÓN Y OBRAS
Las autoridades barajaron distintas ubicaciones hasta decidirse por el emplazamiento actual. Dicho emplazamiento será objeto de numerosas protestas aduciendo que: estaba fuera de la ciudad, que sería un foco de pulmonías por estar desprotegido, peligrosidad por la falta de control y vigilancia, etc.
Finalmente el día 29 de junio se coloca la primera piedra ante numerosas autoridades entre las que se encontraban, el Conde de Romanones (Ministro de Instrucción Pública), Miguel de Unámuno (Rector de la Universidad de Salamanca), Federico Requejo (subsecretario de Instrucción Pública) y Miguel Mathet y Coloma (arquitecto del edificio).
Las obras se prolongarán durante 17 años. Los primeros 10 años fueron a buen ritmo pero diversos acontecimientos como, la muerte de Federico Requejo en 1915, los sucesivos cambios de gobierno, los problemas con las obras y la muerte del arquitecto, harán que la obra se ralentice.
En 1918 el nuevo Ministro de Instrucción Pública, Santiago Alba Bonifaz, impulsará de nuevo la obra, trasladándose los alumnos al nuevo edificio el 27 de enero de 1919. Se inicia el curso sin calefacción, con escaso mobiliario y con ventanas rotas pero el hacinamiento en el antiguo edificio hacia imposible mantener las mínimas medidas higiénicas ante la terrible epidemia de gripe.
La inauguración oficial sería el día 1 de octubre de 1919.
Es el primer centro de enseñanza secundaria de la Comunidad creado expresamente para dicho fin.
Su construcción se adjudicará a Miguel Mathet y Coloma que se desplazaría a Zamora el día 9 de agosto de 1901 para visitar los solares propuestos.
OTROS DATOS
Existe la duda de si el proyecto fue redactado concretamente para el nuevo Instituto de Zamora o de si el diseño del proyecto ya existía con antelación. Diversas opiniones aseguran que en realidad era un proyecto pensado para ser Escuela de Bellas Artes de Sevilla. No hay certeza alguna de que se utilizase un proyecto ya existente.
Aunque al inicio su ubicación fue objeto de polémica, con el tiempo se convertirá en un hito arquitectónico-urbanístico. Es el primer gran inmueble de carácter público extramuros, que romperá la barrera de las murallas. El ensanche se iniciará con posterioridad a la construcción del inmueble.
El primer edificio proyectado era de mayores dimensiones que el actual. Los avatares políticos y económicos provocan la reducción de las expectativas iniciales y hacen que Mathet se enfrente a varios recortes en la construcción. Aún así el centro siguió siendo imponente y grandioso. Sus grandes dimensiones harán innecesario la construcción de un nuevo centro de enseñanza secundaria durante más de una centuria.
Desde su construcción hasta nuestros días han sido necesarias varias reformas, siendo la más importante la llevada a cabo en la década de los 90.
Es un magnífico ejemplo de la variante polícroma del eclecticismo, conseguido por el empleo de diferentes materiales (piedra, revocos, ladrillo y hierro). La amplitud de sus ventanales e instalaciones son la muestra de un nuevo concepto de enseñanza.
Cuenta con tres escalinatas de acceso, dos en las fachadas laterales y una más en la fachada principal.
En la portada principal podemos observar los escudos de Zamora, España y de la provincia. Existen además cuatro medallones dedicados a cuatro ilustres zamoranos que tienen relación con la educación y la ciencia: Pablo Montesino, Claudio Moyano, Juan Nicasio Gallego y Manuel Blanco
En este edificio se han impartido clases de manera ininterrumpida hasta nuestros días, con las siguientes excepciones: de 1936 a 1939 por la Guerra Civil y de 1990 a 1992 por obras. Tras las obras se retoman las clases en el curso 1992-1993 con una ponencia del insigne poeta Claudio Rodríguez, que había sido alumno del centro.