La Iglesia zamorana de San Cipriano tiene un elemento decorativo que no encontramos en ninguna otra iglesia románica de la ciudad ni de la provincia. Se trata del Crismón.
¿Pero qué es un Crismón?
El Crismón es un anagrama formado por la superposición de las dos primeras letras de Cristo en griego XP.
Con frecuencia va a acompañado de las letras alfa y omega, que flanquean o quedan suspendidas en los brazos de la letra X. En época altomedieval se incorporará la letra S, XPS, como la última letra del nombre de «Xpistus». Aparece normalmente dentro de un circulo y rodeado por la representación de los cuatro evangelistas.
Se trata de un símbolo de Cristo y un emblema de su victoria sobre la muerte, por lo que es habitual encontrarlo asociado al entorno funerario, aunque en el plano litúrgico el crismón se ha relacionado con el rito de consagración de iglesias.
Este anagrama podemos encontrarlo con bastante facilidad en muchos lugares de la zona pirenaica de Navarra y Aragón, pero no en la zona castellana.
En Castilla y León podemos encontrar Crismones por ejemplo en la Basílica de San Vicente en Ávila, en la iglesia de San Martín en Frómista o en el Monasterio de San Isidoro de León. Pero en ningún lugar de Castilla y León podemos encontrar tres crismones en una misma iglesia, como ocurre en San Cipriano.
Seguramente esta concentración de Crismones se debe a la reutilización de piezas labradas procedentes de otras iglesias zamoranas hoy por hoy desaparecidas, como por ejemplo la antigua iglesia románica de San Andrés Apóstol.
Podemos encontrar un Crismón en el exterior de la iglesia y otros dos crismones en el interior realizadas en periodos diferentes.
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