Nuestras Señora de la Majestad, también conocida como la Virgen de la Calva, es una magnífica escultura en piedra de la Virgen sedente con el Niño en su regazo de estilo gótico, realizada en torno a 1300.
La escultura se encuentra en el lado del Evangelio del altar mayor de la Catedral de Zamora. Es la imagen principal de un esplendido retablo en madera renacentista del SXVI, situada en su centro protegida por una hornacina avenerada.
Descripción de la imagen:
La imagen de la Virgen sedente con al Niño Jesús en su pierna izquierda, sujetando este la bola del mundo en su mano. Bajo los pies de la Virgen se encuentra el dragón, como símbolo del pecado redimido por el nacimiento de Cristo. Destaca la belleza del rostro de la Virgen con forma ovalada, ojos almendrados y una frente muy despejada. Toda ella cubierta con una policromía del SXVI.
Autor y características estilísticas:
Esta escultura se encuadra en un conjunto de obras góticas de primera calidad que se realizaron en varios puntos de la provincia en torno a 1300: La Hiniesta, Benavete, Toro. Seguramente debidas a algún maestro relacionado con el foco leonés y que pudo llegar a Zamora de manos del rey Sancho IV, al encargar este la iglesia de Santa María de la Hiniesta.
Sin duda alguna es una obra de gran calidad en cuanto a su ejecución y estilo. Muestra ya esa idea de Virgen madre, alejada del hieratismo del estilo anterior. Merece la pena fijarse en los pliegues del manto o el movimiento en las piernas y el rostro del Niño.
¿Por qué se conoce también como Virgen de la Calva?
El rostro de la Virgen se caracteriza por su amplia frente, como reflejo de la moda entre las damas del momento de tener la frente muy despejada, ancha, y por este motivo en Zamora se concede a esta imagen con el nombre de Virgen de la Calva.
Una imagen de leyenda:
Durante la invasión napoleónica los zamoranos rezaban ante la Virgen para pedir la liberación de la ciudad. Un día de junio, durante la oración, se produjo una gran tormenta con un rayo que entró en la Catedral. A pesar de la gravedad de los destrozos todo el mundo salió ileso, gracias a la intercesión milagrosa de la Virgen de la Calva.
Por este motivo el Cabildo Catedralicio de Zamora celebraba todos los años el aniversario con una misa dedicada a esta imagen y conocida como la misa del Rayo.
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