Reverdecen los campos y de nuevo, en Mayo, la provincia zamorana se llena de flores y el campo luce todo su esplendor.
Zamora, como tierra ligada a la agricultura, saca a relucir sus tradiciones populares celebrando romerías y fiestas ancestrales, para dar la bienvenida a la primavera.
Mayo es especialmente rico en actos y ceremonias que tienen como origen, en la mayoría de casos, ritos de fertilidad y de fecundidad. Los ritos de primavera están asociados a una regeneración, tanto natural como espiritual. En torno al primero de mayo, las ceremonias rituales más antiguas son aquellas en las que el árbol aparece como protagonista principal.
El árbol-mayo
Los mozos más dotados (en concreto los quintos, cuando los hay) son los encargados de talar el árbol-mayo. Se suele escoger el más imponente del conjunto y, después, se lleva hasta el lugar céntrico y relevante del pueblo. En este rito de fecundidad el mayo simboliza el falo (las ramas de la copa que se salvan de la tala representan el vello púbico). Los símbolos fálicos en la cultura griega solían tener una simbología protectora. Muchas de las romerías populares están relacionadas con los ritos del mundo clásico y, como en este caso, nacen para atraer la fertilidad sobre la cosecha y el ganado.
Durante la noche festiva del 30 al 1, el árbol-mayo se introduce en la tierra que ha de fecundar. El tradicional mayo permanecerá erguido como signo de fecundidad y virilidad de la juventud del lugar. La acción de introducir el árbol en la tierra se llama «pinar». La tierra alrededor, al recibirlo, será fecundada, como si de una cópula se tratase.
El nombre de «mayo» deriva de la ninfa griega Maia -hija de Atlante y madre de Hermes (Mercurio, que engendró con Zeus), a la que dedicaban sacrificios el primer día del mes por ser espíritu de los campos y de la Naturaleza en general, cuya fecundidad y gracia personifica. La Maia romana, según el escritor Aulo Gellio fue la esposa de Vulcano y se cuenta que él cada año, durante las Calendas de mayo, le ofrecía una cerda preñada, sus maialis, símbolo de fertilidad.
El árbol-mayo se ha transformado en «ramo procesional» de muchas fiestas cristianas de carácter periódico, simbolizando el nacimiento o crecimiento de la nueva vida.
Que por mayo era por mayo, cuando en Zamora se izan los «mayos»
Localidades zamoranas que celebran la fiesta
En Zamora son varias las localidades que siguen celebrando esta fiesta, aunque a menudo el rito auténtico ha sufrido algunas transformaciones, dando lugar a variantes. El el caso del pueblo de Maire de Castroponce, de Ribas o de Coomonte de la Vega. En Congosta de Vidriales, al árbol se le coloca arriba una pareja de muñecos, llamados Zapa y Sonsoles. Mientras que en Villanueva del Valrojo no se levanta un mayo, sino varios y también se suele colocar algunos muñecos. En Tierra de Campos, los vecinos de Prado y de Quintanilla del Olmo intercambian alcaldes, iglesias e imágenes de devoción tras hermanarse a mitad de camino.
Estas tradiciones son muy difíciles de conservar en un territorio que sufre despoblación, como Zamora, y donde cada vez hay menos jóvenes. Es por tanto bastante común, en nuestros días, que se encarguen de izar los mayos los vecinos de otras edades o las asociaciones culturales.
Asistimos a la Fiesta de la regeneración de la Naturaleza. ¡Disfrutemos de la primavera y de todos sus beneficios! Mayo es un mes perfecto para venir a Zamora y disfrutar de su campo y de la naturaleza en todo su esplendor. Te invitamos a descubrir nuestras propuestas para conocer la provincia de Zamora.