Se cree que la fundación de dicho monasterio data del s. X y se debió a San Atilano (primer obispo de la Diócesis de Zamora) y San Froilán. Originalmente el monasterio se conocía como Santiago de Moreruela. Así durante el reinado de Fernando I recibió numerosos bienes en la Lampreana.
El monasterio se incorporó a la orden del Císter en el S. XII. Es entonces cuando cambiará su advocación por la de Santa María de Moreruela.
Tuvo gran poder, de hecho dominaba salinas en la Lampreana, cerca de Villafáfila. No solo recibía donaciones de los Reyes, sino también de nobles de la zona. Así, Ponce de Cabrera aparece como gran protector a instancias de Alfonso VII y doña Berenguela.
La orden del Císter originalmente prohibía acaparar bienes, no mas de los que los monjes sean capaces de explotar con sus manos y debido a las numerosas donaciones el Monasterio de Moreruela se hace con un extenso patrimonio. Los monjes deben dedicarse a la oración y por tanto, pedirán ayuda a los conversos para que trabajen para el monasterio. Tras la conquista de Andalucía muchos emigraron y la orden se sumió en una severa crisis.
Años mas tarde se relaja la vida espiritual y con ello, las normas. Esto hará resurgir el monasterio en los siglos XVI y XVII.
En el s. XIX el Monasterio sufrió los estragos de la Guerra de la Independencia, años más tarde los de la Desamortización de Mendizábal, acabando en manos de un particular. En 1994 fue comprado por la Junta de Castilla y León y se volvió a poner en valor.
Su imponente cabecera formada por 7 ábsides y sobre ellos la girola. Tres alturas armónicamente escalonados.
Muchos detalles en su interior, marcas e cantero, restos de la vida de los monjes, su actividad, el crecimiento del Monasterio….
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