El pasado domingo día 23 de enero se celebró la festividad de San Ildefonso, patrón de Zamora.
PERO… ¿QUIÉN FUE SAN ILDEFONSO?
San Ildefonso nace en torno al año 607 en Toledo y era miembro de una de las familias regias visigodas. Al parecer, siendo muy niño, ingresó en el monasterio Agaliense de Toledo, contraviniendo la voluntad de sus padres.
Fue elegido obispo de Toledo en el año 657. Fallece el 667 y fue sepultado en la iglesia de Santa Leocadia en Toledo.
Destacan sus escritos elogiando a la Santísima Virgen y defendiendo su virginidad, razón por la cual la Virgen le impondrá la casulla en persona.
Es uno de los Padres de la iglesia.
MILAGRO DEL ENCUENTRO CON LA VIRGEN
Una noche de diciembre, al entrar en la iglesia a rezar, vio que sentada en la silla arzobispal se encontraba sentada la Virgen María rodeada de otras vírgenes y entonando cantos. La Virgen se dirigió a San Ildefonso y dijo: “Tu eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla, la cual mi Hijo te envía de su tesorería”. Dicho esto, la misma Virgen le impuso la casulla y le pidió que la usara solamente en los días festivos designados en su honor.
¿DÓNDE SE ENCUENTRAN LOS RESTOS DE SAN ILDEFONSO EN LA ACTUALIDAD?
Aunque San Ildefonso nace, vive y muere en Toledo, resulta que sus restos se encuentran desde hace muchos siglos en la ciudad de Zamora y más concretamente en uno de sus templos románicos. Se trata del templo de San Pedro y San Ildefonso.
Al parecer sus restos llegarían a Zamora en el siglo VIII y la intención era preservar las reliquias de posibles profanaciones por parte de los musulmanes.
Desde entonces los conflictos entre las dos sedes por la posesión de los restos han sido numerosos, llegándose a requerir incluso, el arbitraje del Papa Clemente VIII.
Además, fueron varios los intentos de robo del cuerpo y para su protección se creo un espacio elevado y cerrado en el altar mayor de la iglesia y una Orden de Caballeros que protege sus reliquias desde hace siglos.
ORDEN DE LOS CABALLEROS CUBICULARIOS
Algunos sitúan su fundación el 26 de mayo de 1260 momento en que se encuentran los restos de San Ildefonso en el templo zamorano, y que durante siglos habían permanecido enterrados de forma anónima. Será en ese momento cuando los toledanos reclaman el cuerpo. Los zamoranos se oponen, y esto dará lugar al conflicto, siendo el motivo del nacimiento de la Orden.
Sin embargo, los estatutos más antiguos que se conocen son de 1503 donde se recoge que el número de miembros sería de un máximo de 70 caballeros de Zamora o de fuera siempre que fueran devotos de San Ildefonso y tuvieran la categoría de Hijosdalgo.
En todos estos siglos, han sido numerosas las personalidades y miembros de la familia real que se han acercado a rezar ante sus reliquias.
Desde siempre esta corporación desarrolló una labor social llegando a poseer un hospital para beneficencia y atención de peregrinos: hospital de los Ciento.
La cofradía sigue existiendo hoy en día y es una de las más antiguas en toda Europa, creándose en 1971 el “Brazo de Damas de San Ildefonso”.
La Cofradía participa en la Procesión del Corpus Christi en Toledo, siendo la única Corporación que sin ser de Toledo y sin tener carácter pontificio, lo hace.
CAMARÍN DE LAS RELIQUIAS
Debido a los numerosos conflictos y diversos intentos de robo que se sucedieron a lo largo del tiempo, en mayo de 1496 se realizan unas obras en la parte superior del altar mayor de la iglesia. Las mencionadas obras son para construir un camarín donde proteger más adecuadamente los restos del santo.
Este espacio no tiene acceso permanente, si no que se debe hacer a través de una escalera de mano, y por si fuera poco está cerrado con unas rejas que precisan de varias llaves para ser abiertas.
¿Quiénes son los claveros de las reliquias? El Deán de la Catedral, el párroco y Prior de la Corporación, el alcalde de la ciudad y el Mayordomo/presidente de la Orden.
Uno de los juegos de llaves se custodia en la Catedral de Zamora y los alcaldes de la ciudad toman posesión de su cargo con el juego que ellos custodian.
La apertura de las rejas se ha hecho en contadísimas ocasiones.
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