Alfonso IX de León (1171-1230) fue el último rey independiente del Reino de León y una figura clave en la historia medieval de la Península Ibérica. Nacido en Zamora el 15 de agosto de 1171, este monarca dejó una profunda huella tanto en su reino como en la ciudad que lo vio nacer. Su origen zamorano no es solo un dato anecdótico, sino que está profundamente ligado a su vida y su legado.
Alfonso IX fue hijo de Fernando II de León y Urraca de Portugal. Desde joven, estuvo marcado por las tensiones entre los reinos cristianos de la península y la expansión musulmana. Su reinado, que comenzó en 1188 tras la muerte de su padre, fue un periodo de importantes reformas políticas y legales, pero también de constantes enfrentamientos, tanto con los musulmanes como con Castilla, bajo el mando de su primo Alfonso VIII. Pese a estos conflictos, Alfonso IX logró consolidar su poder en León y dejar un legado histórico de gran relevancia.
Uno de los hitos más importantes de su reinado fue la convocatoria de las Cortes de León en 1188, que son consideradas las primeras en Europa con representación ciudadana, incluyendo a los burgueses en las decisiones del reino. Esta acción lo destaca como un rey reformista, preocupado por dar voz a sus súbditos y sentar las bases de lo que serían los futuros parlamentos europeos.
La relación de Alfonso IX con Zamora trasciende su nacimiento. La ciudad, de gran importancia estratégica en la época, está estrechamente vinculada a su figura a través de su escudo. El escudo de Zamora presenta un puente con dos torres, hace referencia a la gran defensa y valentía de los zamoranos en la toma del puente de Mérida en 1230.
Además, Alfonso IX también está relacionado con uno de los lugares más emblemáticos de Zamora: la iglesia de la Magdalena. Este templo románico, situado en el corazón de la ciudad, alberga un sepulcro de gran belleza, tradicionalmente atribuido a la madre de Alfonso IX, aunque no hay certeza de que así sea. Este sepulcro, decorado con una escultura yacente y elaboradas filigranas, es un testimonio del arte y la importancia religiosa de la época, y es una muestra del vínculo del rey con la ciudad.
Alfonso IX falleció en 1230, pero su muerte marcó el fin de la independencia del Reino de León, que fue unificado con Castilla bajo el reinado de su hijo, Fernando III. No obstante, su legado perdura, especialmente en Zamora, donde su influencia y presencia aún se sienten en su historia, su escudo y sus monumentos.
Este último rey de León, nacido y vinculado a Zamora, fue un monarca que combinó el espíritu guerrero con una visión reformista, dejando una huella imborrable en la historia de León y de la ciudad que lo vio nacer.
Elige bien quien te guía y no olvides que una visita guiada no es un free tour. Cuenta con una de nuestras guías cuando vengas a Zamora.